miércoles, 31 de agosto de 2016

debate e idea

Día de debate, día de después del discurso del aspirante. Escucho cómo un secretario general recuerda las razones del nacer de su partido para explicar -¡ay, tiempos de tener que explicar lo obvio!- la razón de su voto ('no podemos votar a favor de lo que queremos cambiar'). Paso por ese aparato casi intimidatorio -más que el aspirante- que es la ITV. Y por Correos, donde me sorprende y agrada la conversación que entabla -día y debate- un ciudadano que quiere que las cosas cambien y sabe que también yo lo quiero.
Al salir, en la vitrina de la librería cercana que siempre miro, un ejemplar de la Poesía completa de Idea Vilariño.
Quizás sean ideas, y versos, lo que más echo a faltar. Sobre todo si se trata de debatir.


Todo es muy simple

Todo es muy simple mucho
más simple y sin embargo
aún así hay momentos
en que es demasiado para mí
en que no entiendo
y no sé si reírme a carcajadas
o si llorar de miedo
o estarme aquí sin llanto
sin risas
en silencio
asumiendo mi vida
mi tránsito
mi tiempo.

(Idea Vilariño)

viernes, 26 de agosto de 2016

lucía

´Hola, soy Lucía y acabo de nacer'

El mensaje me llegó ayer, con una foto, y hoy he buscado el poema que se cierra con esos dos versos hermosísimos, los que tanto me impresionaron cuando lo leí por primera vez.
Es mi homenaje a Lucía, que luce brava. Quizás quiera ser como la madre.
Es mi homenaje a Bea, que luce linda. Quizás por más madre.


Alumbramiento

vino de mí
salió del fondo
el médico aplaudía
yo vine con el mar en la barriga
como un intenso parasol
un mapamundi

yo era la esfera que rodó en la madrugada
de corazón latí como un caballo
lo digo así

es que la crin
me perfumó

el vientre se movía
como suelen moverse los rebaños
venía con mi molusco mi amapola
mi potranco
con mi gorrión redondo

yo no podré faltar jamás             
me dije
a nuestra cita
así que estoy aquí
con esta fiesta
brincando por el talle

hice mi baile de rosas
mi aleteo
mugí como los barcos
el vientre daba vueltas

me esperaba
oculta en el carmín
donde el médico buscaba con su ceño

yo empujaba
el ventarrón del orbe en mi testuz
soplaba como un faro
Como los dioses marinos de los cuentos
una granada real a punto de volar

recuerdo que por suerte
César me retuvo del cabello
estaba emocionado
sin saber si tintinear o si envidiarme
de entero dedicado a mis pulmones
expirando inspirando y expirando
me miraba de adentro de sus ojos
como sólo una vez me mirará
en toda la vida de su vida
y a mi vientre que cambia de paisaje

y así
vino de mí
salió del fondo
nos bendijo de un golpe con su grito
se puso a beber sol como una fiera
de lana o amaranto

yo estaba enamorada y me reía
de loca de centella de rodillas
quería besar el sexo el vellocino
de César que lloraba
tomar a mi criatura
correr a derrocharla por las calles

qué llovizna de leche que cabalga
toda la luz del mundo en el pezón

(Ana Istarú, de Verbo madre, 1955)

viernes, 12 de agosto de 2016

aguacero

Te pienso. Es así cada día desde entonces
aun sabiéndote ya pronto
una pálida sombra en mi recuerdo,
aun sabiendo
que he perdido la memoria de tu boca
y la danza traviesa de tu acento
es ahora
poco más que un eco que enmudece,
apenas si susurro.

Te sueño. Es así noche tras noche
y aun despierto
te ensueño la sonrisa perenne de los ojos
y me saben tus besos a pan tierno
como entonces
perdida ahora la esperanza de tus labios.

Te quiero. Por más que el tiempo siga
tejiendo los hilos del olvido
no será nunca pasado mi deseo
aunque sea dolor hoy y sea añoranza,
mujer de luz y de aguaceros.
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