martes, 31 de diciembre de 2013

dos copas

He pasado los últimos días de este año funesto -ahora agonizante- en buena compañía, la de los versos de Joan Margarit, impensado compañero de lengua estimada y de infortunio. Se pierde la señal es el título que ha dado a estos poemas su autor, un hombre que se confiesa, además de brusco y fiel, agradecido.
Margarit ha escrito un epílogo breve, tanto que ni siquiera alcanza las tres páginas. Le sobran para hacerme un regalo de humildad y sabiduría, para enseñarnos que lo que se recuerda, aunque no sea cierto, es, en cambio, la verdad.Y la verdad es el objetivo profundo de la poesía.
Para decir, él un maestro, que la poesía es una herramienta para gestionar el dolor y la felicidad y, sobre todo, sus vertientes ya domésticas, la tristeza y la alegría.
Una gestión de la que depende lo que se guarda de la vida pasada.


BRINDIS

Més junts dels que ningú no sabrà mai,
alcem les dues copes.
Veiem la nostra llum, cadascú als ulls de l'altre.
Un home i una dona, en un instant,
poden equivocarse.
però l'instant no tornarà mai més.


Tan juntos como nadie sabrá nunca,
alzamos las dos copas.
En los ojos del otro, cada uno
ve nuestra luz.
Un hombre, una mujer, en un instante,
pueden equivocarse.
Pero el instante nunca volverá.

2 comentarios:

  1. Hi ha boira i és de nit. Des de l’insomni veig
    tota la fosca que m’està esperant
    posada com una au damunt el que he perdut.
    He obert la finestra. Es dissipa la boira.
    No podria oblidar tot el que et dec:
    l’últim sentit de la paraula amor.
    Brutal de tan exacte, el cel de nit.

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