jueves, 1 de noviembre de 2012

lalia

Por esa manía, que ahora desuso, de colocar en cada libro el nombre y la fecha -mes y año-, ahora sé que no había cumplido los veinte cuando compré ese Lalia. Ensayos de estudio lingüístico de la Sociedad que me deslumbró, y que fue la causa -el maestro malgré lui me afearía el doble apelativo: ni él maestro ni la causa otra cosa que ficción patriótica- de que encaminara mis pasos y mi curiosidad intelectual de entonces por esa doble senda, tan aparentemente excluyente en aquellos tiempos, del marxismo y la filosofía del lenguaje. Hasta hoy, que me afano en seguir haciendo del lenguaje herramienta de desvelamiento y de placer... y de los restos del marxismo -ay, cenizas tan vivas- vislumbre de emancipación.
Su autor, el maestro de marras, ha muerto hoy. Agustín García Calvo, que fue parte de esa trinidad de profesores -cuatro, que a él y a don Enrique Tierno Galván y José Luis López Aranguren se les unió José María Valverde, que no puede haber estética donde no hay ética- que plantaron cara a la vieja y esclerótica universidad franquista.

(Años después, muchos años después, tuve la oportunidad y el honor de dar la bienvenida al profesor Aranguren el día de su reingreso a la universidad. Aquel viejo edificio A, el de tantas fatigas en el tiempo, con su hall presidido por una gran pancarta del Partido saludando su regreso, y exigiendo la amnistía)

Lalia tiene capítulos de título tan sugerente como El fonema y el soplo, Sobre la Realidad, o de las dificultades de ser ateo, De la cerveza, la poesía y la manipulación del alma, o 'Estar en la luna', o sobre las funciones de la mística y la magia.

Y dice cosas como ésta:

           23. Niégalo pués, oh tú, negación mía. Pues tú en ti mismo puede que no seas sino vano tema de la teoría, frívolo entretenimiento de intelectuales, ya que por esencia estás vacío. Eso tú, sí, pero tu ausencia en cambio... Escribiendo estoy yo solo aquí en mi cuarto, y esta falta de tí ¡cómo es real y grande! 

              (cap. XI, Tú y yo, pág. 312)

1 comentario:

  1. Todos mis libros tienen mi nombre y la fecha de compra. Supongo que costumbre de andar de un lado para otro muy atento a que ninguno se perdiera o acabara en otras manos que no reconociesen la propiedad. Y al final, una biografía.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...