‘(…) Estaba mucho más allá, en ese mucho más allá ilocalizable adonde precisamente ponen proa los ojos de todas las mujeres del mundo cuando miran por una ventana y la convierten en punto de embarque, en andén, en alfombra mágica desde donde se hacen invisibles para fugarse.
Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. (…)’
Carmen Martín Gaite (en De su ventana a la mía)
** Es enero y Nueva York, y CMG dedica su escrito a Paco Nieva. Hoy, en vísperas, me acuerdo de los dos.
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