viernes, 30 de marzo de 2012

Conviene hoy estar atento a la estafa ideológica de hacer pasar por inevitable la que no es sino una más de entre las opciones posibles.
Niégalo, y niégate a aceptarla. Si así fuera, no habría lugar para la política. Ni para la ética. No las hay donde no cabe la elección.

domingo, 25 de marzo de 2012

ausencia


Antonio Tabucchi escribe en L’Unità un artículo (La voce, quel che resta alla fine dell'amore, un hermoso título) en el que habla de Questo amore, el libro (¿una novela?) que acaba de publicar Roberto Cotroneo. Y allí, como homenaje a los lectores de la novela -y a los del diario- deja la traducción al italiano de A um ausente, un poema de Carlos Drummond de Andrade. Era el 4 de marzo de 2006.
Manuel Rivas escribe hoy, en EL PAÍS, una columna (Saudade) que habla de Tabucchi, donde dice de él que era 'un hombre rebelde, escritor piel roja, y por eso amaba el mundo, la gente de las "voces bajas", y entendía muy bien la saudade como una nostalgia afectuosa'. Habla en pasado: Era -dice-, porque es ya ausencia. Y la saudade tiene siempre que ver con lo que ya no es.


A UM AUSENTE

Tenho razão de sentir saudade,
tenho razão de te acusar.
Houve um pacto implícito que rompeste
e sem te despedires foste embora.
Detonaste o pacto.
Detonaste a vida geral, a comum aquiescência
de viver e explorar os rumos de obscuridade
sem prazo sem consulta sem provocação
até o limite das folhas caídas na hora de cair.

Antecipaste a hora.
Teu ponteiro enlouqueceu, enlouquecendo nossas horas.
Que poderias ter feito de mais grave
do que o ato sem continuação, o ato em si,
o ato que não ousamos nem sabemos ousar
porque depois dele não há nada?

Tenho razão para sentir saudade de ti,
de nossa convivência em falas camaradas,
simples apertar de mãos, nem isso, voz
modulando sílabas conhecidas e banais
que eram sempre certeza e segurança.

Sim, tenho saudades.
Sim, acuso-te porque fizeste
o não previsto nas leis da amizade e da natureza
nem nos deixaste sequer o direito de indagar
porque o fizeste, porque te foste

(* una traducción al español, aquí).

tardor

'Todo lo he recogido de ti: migajas, fragmentos, polvo, huellas, suposiciones, acentos que han quedado en voces ajenas, algunos granos de arena, una concha, tu pasado imaginado por mí, nuestro supuesto futuro, lo que hubiera querido de ti, lo que me habías prometido, mis sueños infantiles, el enamoramiento que de niña sentí por mi padre, algunas absurdas rimas de mi juventud, una amapola al borde de una carretera polvorienta. Incluso eso me lo he metido en el bolsillo, ¿lo sabes?, la corola de una amapola como esas amapolas que iba a coger en las colinas en mayo con mi Volkswagen, mientras tú te quedabas en casa grávido de tus proyectos, atendiendo a las complicadas recetas que tu madre te había dejado en un librito negro escrito en francés, y yo te cogía amapolas que tú no sabías comprender. No sé si tú has depositado tu semen en mí o viceversa. Pero no, ningún semen de los nuestros ha florecido jamás. Cada uno es sólo él mismo, sin la transmisión de la carne futura, y yo sobre todo sin nadie que recoja mi angustia. Todas estas islas he recorrido, todas buscándote. Y ésta es la última, como yo soy última. Después de mí, basta. ¿Quién podría seguir buscándote, sino yo?'

(Antonio Tabucchi, Se está haciendo cada vez más tarde)

walsh, 55 años

Votan hoy asturianos y andaluces, y dicen los diarios en la web que menos, mucho menos, que la última vez: en Andalucía, 11 puntos menos a las horas en que lo leo.
Votan hoy, el día en que se cumplen 35 años de la muerte ('desaparecido', uno más) de Rodolfo Walsh y nos reúne La Nuova Frontiera con el pretexto de la presentación -la última de un ciclo- de la edición, traducida al italiano, de su Operación Masacre. Una docena de amigos que llenamos, en esta hermosa y soleada mañana de domingo, el espacio de entrada de Il Seme, la librería que nos acoge.
En el aire, y en las palabras, los ecos de la Carta abierta de un escritor a la Junta Militar que Walsh quiso hacer pública la víspera de su desaparición, aquel 24 de marzo de 1977 y primer aniversario del golpe militar en la Argentina. Y en el aire, y en las palabras, la ESMA y la tortura, el coraje cívico, la resistencia y la denuncia. En mi memoria también Garzón, el juez de empeño impagable e imborrable. Y el caminar tras los pasos perdidos allá en El Tigre, o en Recoleta.
Con Lorenzo Ribaldi (el amigo editor), Alessandro Leogrande, un joven escritor -nació el mismo año en que murió Rodolfo W.- que se ocupa del prólogo del libro y de compartir la presentación de hoy. Dice que ha vivido un par de años en Buenos Aires, y repara en que el rigor del periodista y escritor que fue Walsh le hace apurar los datos ('Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror') del primer año de terror y represión, y denunciar la otra cara de la política de aquellas dictaduras: la política económica, en la que, a juicio de Walsh, 'debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada'. Así, 'En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar (...) Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares.'
Inevitable no volver la vista atrás: a los tiempos de la deuda externa -y los incalculables intereses a sumar- que cortaron en seco el desarrollo de aquellos países además de robarles su juventud a varias generaciones de compatriotas. Inevitable, pese a las distancias, no volver la vista a los nuestros, sea España o Italia, Portugal o Grecia. Tiempo también de deudas 'soberanas' y de intereses, y de otro tipo -aunque no son de comparar- de dictaduras: ahora las llaman 'de los mercados'. Y el FMI siempre presente, ahora como entonces.
Pero se trataba hoy de otro escrito, de esa Operazione Massacro que la editorial describe como 'un libro di denuncia che, pur restando un'insuperata lezione di giornalismo d'inchiesta, si legge come un romanzo'. Como una novela se lee, sea en italiano o en español. Se trata de otra dictadura, veinte años antes de la segunda.
Y de una misma lucha, de una misma luz, cincuenta y cinco años más tarde.

jueves, 15 de marzo de 2012

pàmies

Leí con una gran curiosidad su Testament a Praga (qué recuerdos, tan nítidos, los de aquel agosto aciago: la radio transistor en la que oía el relato de la esperanza de nuevo frustrada era de un color rojo vivo -cosas de la época- y la mesa donde escribía aquella tarde era toda azul en gris, de formica, como la silla, dura ya a la vista) antes de aquel viaje iniciático con Gregorio a Estrasburgo en autobús, pasión y sueño de una Europa por venir.
Después, mucho después, sería Sergi, el hijo, una de mis lecturas más gratas: inteligente, mordaz, siempre divertido y nunca hiriente. La bicicleta estàtica esconde y muestra algunos de los muy buenos cuentos con que gozar, y también (los hay) de los que arrastran a una nostalgia que duele, casi insoportable.
Gràcies, Teresa. Por todo.

jueves, 8 de marzo de 2012

libres








El derecho por excelencia:
el de ser libres para decidir, dueñas de sus vidas y sus afectos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

lógoi

'Si somos seres de lenguaje, si no podemos pensarnos fuera del lenguaje, si el lenguaje tiene esa potencialidad universal, y si la poesía es el lenguaje intensificado en su máxima expresión, sería raro que no pudiera tratar algún asunto. Luego otra cosa es que uno lo haga con mejor o menor fortuna'

(Jorge Riechman, poeta)

martes, 6 de marzo de 2012

cumpleaños y desatinos

'Eréndira estaba bañando a la abuela cuando empezó el viento de su desgracia. La enorme mansión de argamasa lunar, extraviada en la soledad del desierto, se estremeció hasta los estribos con la primera embestida. Pero Eréndira y la abuela estaban hechas a los riesgos de aquella naturaleza desatinada, y apenas si notaron el calibre del viento en el baño adornado de pavorreales repetidos y mosaicos pueriles de termas romanas.'

(Gabriel García Márquez, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada, 1972)

sábado, 3 de marzo de 2012

voz, y zapatos

'La mezcla que forman las ovejas que pastan a lo lejos, las mimosas, el café, la Biblia y la revolución desencadenan la vieja pregunta: ¿la literatura puede cambiar el mundo? [Erri]De Luca no duda: "Nuestro mundo, no. Pero en condiciones de opresión la literatura mantiene una capacidad de resistencia. Tiene una fuerza distinta, un valor añadido". ¿Y el papel político del escritor? "Un escritor es como un zapatero, lo que tiene que hacer es buenos zapatos. Si quiere darle un valor ético o político a su trabajo lo que debe hacer es actuar para que nadie tenga que ir descalzo. En alguien que trabaja con las palabras ese valor consiste en esforzarse para que se oigan las palabras de todo el mundo, incluidos los analfabetos. O las de los que no conocen tu lengua y llegan aquí y tratan de hacerse entender: los inmigrantes, los presos… Nuestras cárceles están llenas de inmigrantes, son los barrios más cosmopolitas de Italia. Un escritor está en una situación privilegiada. Si lo que hace es decir algo contra el poder está haciendo solo una parte de su trabajo. No creo que la literatura tenga tareas especiales salvo en casos de emergencia. Fuera de ellos no puede cambiar el mundo, pero sirve para hacer compañía".'

(Entrevista a Erri de Luca, Las cicatrices del siglo XX))

jueves, 1 de marzo de 2012

hilvanes

'(...) Las buenas personas fueron la base de nuestra paz. Ahora parece que ese tipo de gentes se han quedado ociosas o demediadas; y día tras día cuesta tropezar con este género de cuya actitud derivaba una bonanza casi vecinal. Podía confiarse en las buenas personas como soportes a través de cuya emulación se sanaba por contagio. Esos pilares actuaban, además, con la mayor naturalidad y era precisamente su real benevolencia, su capacidad de perdón y su asistencia la que decidía el relativo bienestar de los pueblos.
No era necesario que numéricamente fueran legión, pero eran relativamente tantas que constituían una atmósfera o un dominante olor. Tías, antiguas compañeras, primas... Casi siempre estas buenas personas coincidían con ser mujeres, pero también había algunos y principales hombres buenos que en frecuentes ocasiones cumplían como alcaldes, notarios, médicos o abogados que nos ayudaban generosamente y nos asesoraban bien. La pérdida o la fuerte reducción de las buenas personas ha dejado por tanto al grupo social enflaquecido o deshilvanado porque estas gentes en las que convergían muchos otros actuaban como una hilación dentro de cuyo círculo vivíamos más confiados y liberados del inevitable temor de cada relación.'

(Vicente Verdú, en su blog)
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