lunes, 7 de noviembre de 2011

don

Sorprendido y regalado: así me siento. Fernando es hombre paciente y sonrisa, inquieto, pausado de mirada, elegante en el decir. Sabio del don, y amigo que no necesita de muchos encuentros, sobre todo si intensos. Capaz de entrar en tus ojos.
Sólo así es posible sentir y recordar, y escribir estos poemas. Sólo así pensar en su homenaje.
Gracias.


Sentado

II  
                                                                     A Raúl y Luismi

He recorrido los pueblos,
las tierras, las ciudades,
habitado los templos
(pequeñas, grandes mezquitas,
iglesias humildes, catedrales,
cuevas con luna, incendiadas
pagodas, basílicas y ermitas,
claustros, pórticos soleados,
colegiatas, conventos, mil capillas,
la sinagoga donde un sábado
al entrar en tus ojos
me diste el amor
que durante toda la semana
para ofrendárselo a Dios
tan primorosamente habías guardado,
monasterios sin memoria,
catacumbas con altares,
ancestrales santuarios)
en los que he aprendido
que todo lugar
–la sombra del árbol sobre la piedra
en la que para escribir me he sentado—
es sagrado:
la piedra,
el árbol y su sombra,
yo mismo, escribir.
Caminar, sentirme así.
(El recuerdo de tus ojos).
Estar sentado.
Fernando Nombela

(En la Gran Mezquita Hassan II de Casablanca, mayo de 2010)
Aquí los siete poemas.


1 comentario:

  1. Muchísimas gracias por tus palabras. Un puro gozo, como siempre, nuestras coincidencias y encuentros. Un abrazote

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