lunes, 28 de noviembre de 2011

villa

Villa Lazzaroni como un refugio al sol en este suave y cálido fin de noviembre. Entre tejos y olivos, un viejo almendro. Abetos, pinos y árboles exóticos (¿capricho de nuevos ricos?), laureles y palmeras. El césped, de un verde intenso. Como los pájaros, que dan un toque frívolo y ruidoso a la serenidad de la tarde.
Madres con niños, alguna abuela. La joven que ofrece su espalda desnuda a la caricia del sol. Un padre que le enseña satisfecho a su hijo el olor y el nombre de la salvia.

En una pequeña lápida, a la entrada, se informa de que hubo allí -la hay- una escuela elemental y materna. Buen lugar, tranquilo y sosegado, para el oficio de maestro. O de maestra.

viernes, 25 de noviembre de 2011

 
(Cristina Comencini, Non chiamarlo amore) 
más 

títeres

Algo más que palabras

Tú y yo
tuvimos algo más que palabras.
Alguna vez llegamos a las manos,
e incluso a los besos.
Mas la vida escogió oficio de comediante
entre nosotros
y amablemente siguió con sus títeres
hacia otra parte.

Lejos ya de cualquier tristeza,
contemplo con ternura
esta lección que hoy me brinda el tiempo:
la desposesión en sentido absoluto.

Porque sé que ya no son mías
las noches que pasé en tus manos,
ni las manos en que ahora pasas tus noches.

(José Gutiérrez Román, Los pies del horizonte)

jueves, 24 de noviembre de 2011

engels

Galaxia Zambrano y Engels Gómez son músicos de la Orquesta Sinfónica de Venezuela Simón Bolívar. Ella toca el arpa, él la flauta. Y los concierta Gustavo Dudamel, un joven de treinta años que parece un igual. Entre todos me hicieron ese regalo especial que a veces llega después de los regalos.
Dudamel es capaz de recoger el sonido en el extremo de su batuta y darle orden. De ensancharlo, de hacerlo crecer, de adormecerlo hasta casi apagarlo. Consigue que salte y ría, que se vista de baile y exalte de alegría. Que se serene y se ponga a veces, de tan quieto, cabizbajo. Para, sin tregua, alargarse y volver a danzar ágil y vivo por toda la escena. El sonido que hacen crecer, casi carnal, con sus cuerpos y con sus almas, los jóvenes músicos bolivarianos. Denso, como que se pudiera tocar. Y tenue, como el cristal de esa nota casi imposible.
Me vine con una de esas que bautizó como giacca de la fortuna una de las asistentes al concierto. De amarillo, rojo y azul. De Venezuela.

lunes, 21 de noviembre de 2011

eppure

En las derrotas, como en las victorias. Con la democracia y con la gente.
Enteros. También humildes.

domingo, 20 de noviembre de 2011

elección

Nos salvará quizás
la lluvia clara y fuerte en aquel bar
frente a la iglesia
donde nunca entramos,
ese de nombre afrancesado
y chic.
La memoria de aquel otro tal vez,
esquina, iglesia en sombra y soliluz,
plaza sin bar
al sur donde esperarte
amor
por los siglos de los siglos.

(MGB, Sin título)

sábado, 19 de noviembre de 2011

silencio

Cine mudo

No es que le falte
el sonido,
es que tiene
el silencio.

(Fina García Marruz)

jueves, 10 de noviembre de 2011

martes, 8 de noviembre de 2011

eco

Dicen que ha muerto.
En el recuerdo, la alegría infinita de las ganas de vivir y el amor, la ofrenda de sus sonetos votivos.

Souvenir

A solas en mi cuarto
Busco en la oscuridad
Un eco de tu nombre
Estoy de pie desnudo
Camino y siento esto
Adentrarme desnudo en una sombra
Acogedora y ávida y a eso
Yo lo he llamado siempre con tu nombre.

Tomás Segovia, Poesía (1943-1997)

lunes, 7 de noviembre de 2011

don

Sorprendido y regalado: así me siento. Fernando es hombre paciente y sonrisa, inquieto, pausado de mirada, elegante en el decir. Sabio del don, y amigo que no necesita de muchos encuentros, sobre todo si intensos. Capaz de entrar en tus ojos.
Sólo así es posible sentir y recordar, y escribir estos poemas. Sólo así pensar en su homenaje.
Gracias.


Sentado

II  
                                                                     A Raúl y Luismi

He recorrido los pueblos,
las tierras, las ciudades,
habitado los templos
(pequeñas, grandes mezquitas,
iglesias humildes, catedrales,
cuevas con luna, incendiadas
pagodas, basílicas y ermitas,
claustros, pórticos soleados,
colegiatas, conventos, mil capillas,
la sinagoga donde un sábado
al entrar en tus ojos
me diste el amor
que durante toda la semana
para ofrendárselo a Dios
tan primorosamente habías guardado,
monasterios sin memoria,
catacumbas con altares,
ancestrales santuarios)
en los que he aprendido
que todo lugar
–la sombra del árbol sobre la piedra
en la que para escribir me he sentado—
es sagrado:
la piedra,
el árbol y su sombra,
yo mismo, escribir.
Caminar, sentirme así.
(El recuerdo de tus ojos).
Estar sentado.
Fernando Nombela

(En la Gran Mezquita Hassan II de Casablanca, mayo de 2010)
Aquí los siete poemas.


viernes, 4 de noviembre de 2011

demos

Después de España, hoy pienso en Grecia. Allí -me lo dijeron siempre, y así lo enseño yo- donde nació la democracia.
Ya sabéis, donde el poder es el pueblo.
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