sábado, 22 de octubre de 2011

gaur larunbata da

Sábado. Como si fuera de gloria.
Hoy pasearán libres por los parques. Irán al cine, o a bailar. Jugarán con sus hijos. Podrán besar tranquilas a sus novios. Pedirán un café sin tener que mirar de reojo. Subirán al coche sin la humillación, y se irán de compras. No tendrán que mirar por la ventana, si no quieren, antes de salir de casa. Y les darán el día libre, hoy y todos los demás, a sus escoltas.
Una vida normal.
Hoy es sábado. Gaur Larunbata da.
Un sábado normal. Como de gloria. 



MAITIA NUN ZIRA

¿Dónde estás, amada mía? No te veo, ni tengo noticias tuyas,
¿dónde te has perdido? ¿Acaso ha cambiado tu designio?
Me dijiste, una y otra vez que eras mía.

Soy la de siempre, no he cambiado, mi corazón decidió amarte a ti.
Un padre celoso ha provocado esto.
Él me priva de verte y hablar contigo.

Padre celoso, mandas a tu hija, como si huyese de mí, a ese convento.
De todos modos no ingresará monja. Mantenemos nuestra palabra,
nos hemos prometido, es la pura verdad.

Ven a verme cabalgando en tu caballo, ven a consolarme,
a escondidas de mi padre. Tengo cumplidos veinticuatro años,
dentro de otro más, ya no tendré que preocuparme de mi padre.

A todas las hijas les digo: "fijaros en mí, haced lo que yo os digo.
Mientras son jóvenes, la disciplina es buena!
Cuando sean mayores, será tarde entonces; bien que lo sé".

jueves, 20 de octubre de 2011

final

ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada.

Lo leo y no sé qué decir. Respirar. Alivio. Adiós. Nunca más.
Y ahora, mirar hacia adelante y decir 'Gracias'. A los que sufrieron tanto. A los que tanto trabajaron para que llegara el final.
A todos los honestos.

toledo

Me manda Juanjo la invitación. Y con ella me llega un subidón de nostalgia y de impotencia. Y también -¿por qué negarlo?- un punto de indignación y cabreo. Los amigos, esos con los que no podré estar hoy para celebrar la palabra y los recuerdos, saben por qué.
No estaré allí con vosotros para poder mirar juntos el presente de lo que (se) fue. Pero estaré pronto, así lo espero, en la lectura de esta que el autor me describió como una novela de amores difíciles y duros en un Toledo (¿y por qué no una Toledo?) duro y difícil.
Difíciles y duros como piedras los tiempos en que, después de una guerra con vencidos, los vencedores se aprestan a cobrarse el botín de su victoria. No importa cómo, ni en quién, ni a qué precio.
Luis me lo contaba con rabia y -contra su costumbre- sin distancia.

Y en la distancia me sumo al homenaje que le tributa al autor su Ayuntamiento. Razones, las hay de sobra. Aunque yo me quede sin saber la razón por la que su teléfono -solo silencio- se empeña en no abandonar mi agenda.

La cita es a las siete de la tarde. En Toledo.

J&H

No se puede huir de la culpa,
ni aunque uno sea inocente.
Es la venganza de Dios.

Las notas de La Internacional comienzan a sonar tan solo unos segundos antes que los aplausos, y me doy cuenta por un momento del tiempo que hace ya que ni las oigo ni -sobre todo- las canto. La sala (la sala Gassman) es pequeña, muy pequeña, y somos doce los espectadores que la llenamos, hombres la mitad y la otra mitad mujeres (puede, que vaya usted a  saber tratándose de lo que se trata), que vivimos en silencio la magia de la palabra y del teatro.
En el escenario, ahí mismo, al lado, dos actores que viven las vidas del doctor J y mister H. Son Walter da Pozzo y Francesco Randazzo. Que ponen en acción y representan 'J&H. Doppelgänger Suite. Variazioni su R.L. Stevenson', escrita por el propio Randazzo.
Lenguaje de la palabra y lenguaje de los cuerpos, vestuario austero en gris, una silla de ruedas y un libro -de poesía, editorial Cátedra, azar?-, un moderno PC -un computer, que dicen en ese italiano atravesado de anglicismos, que no el viejo y glorioso partido aggiornato- y una botella, y poco más: unos pasos de baile, un par de canciones. Les basta así, y puede que les sobre, para poner en pie -allí, sí, en esa sala diminuta y oscura- el drama de la identidad hecha añicos, del yo desdoblado y retorcido ('io sono te') que salta por los aires, de la pugna entre la honorabilidad ('ho una certa reputazione, una ottima reputazione... ottima') y el deseo que no se somete a reglas, senza barriere. Para tejer un diálogo vivo y ágil que adelgaza hasta hacerlas desaparecer las fronteras -si es que alguna vez las hubo- entre el mal y el bien. Donde toda certeza es duda.
Les basta para, en un par de minutos, dibujar el perfil exacto de la obscenidad de la política y del poder que  tan de cerca sufren: 'Volevo questo: Potere e impunità. Più grande è il potere,  più grande l`impunità'. Del poder que genera adicción, como la de las pastillas de las que no se puede desprender el doctor J. Las que le suministra su otro/su mismo yo: mister H.
Les basta, y hasta les sobra, a estos dos actores extraordinarios, impecable su dicción, de gesto exacto.

Y al salir, había llovido en via de' Filippini. En el número 17/a está el Teatro dell'Orologio.

Walter promete hacerme llegar el texto. Y yo llenar con su lectura los vacíos -no muchos, por fortuna- que deja una lengua a la que tanto amo.

Retengo un dato: la asociación cultural que promueve el espectáculo tiene por nombre 'Gli Ostinati'.

lunes, 17 de octubre de 2011

jamás

Tu lejano corazón

No me siento seguro
en ninguna parte.
La aventura no termina.
Tus ojos brillan en todos los rincones.
No me siento seguro
en las palabras
ni en el dinero
ni en los espejos.
La aventura no termina jamás
y tus ojos me buscan.

(Roberto Bolaño, de La Universidad desconocida)

jueves, 13 de octubre de 2011

reclamo

Una forma elegante de vender o alquilar casas, pisos o apartamentos. No he visto otra que más me pueda atraer.
Razón: en via Giulia. Para no perderse.
Como en Pablo.








En la noche entraremos
a robar
una rama florida.

Pasaremos el muro,
en las tinieblas del jardín ajeno,
dos sombras en la sombra.

Aún no se fue el invierno,
y el manzano aparece
convertido de pronto
en cascadas de estrellas olorosas.

En la noche entraremos
hasta su tembloroso firmamento,
y tus pequeñas manos y las mías,
robarán las estrellas.

Y sigilosamente,
a nuestra casa,
en la noche y en la sombra,
entrará con tus pasos
el silencioso paso del perfume
y con pies estrellados
el cuerpo claro de la Primavera.

(Pablo Neruda, La rama robada, en Los versos del capitán)

domingo, 2 de octubre de 2011

de la fascinante alquimia de los colorantes

AK y su hija Sarah. Foto de D. Mordzinski
  "Jamás he querido ver a la gente que salvé, me limité a cumplir un deber. Yo era judío y estaba condenado de todas maneras. No arriesgaba nada. El peligro era para los niños. Algunos dicen que fueron 14.000, pero quizá fueron muchos menos, es imposible saberlo. Cada día llegaban a Drancy los autobuses llenos, y cuando juntaban una lista de mil menores, los metían en los convoyes que iban a los campos de la muerte. Hacía falta trabajar deprisa y dormir lo menos posible. En una hora fabricaba 30 documentos limpios, así que si dormía una hora, morían 30 niños".

(Adolfo Kaminsky)

para leerlo todo, aquí.
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