lunes, 25 de abril de 2011

25 de abril

Fue primero, sin todavía saberlo, una de aquellas tardes en que la corrala de la calle del Amparo fue gozo y  estremecimiento, aroma del desvelo, descubrimiento y luz, lentitud y prisas. En la ternura del reposo, la canción ya inolvidable que aquella tarde no anunciaba sin embargo la llegada de la libertad. Capitanes de abril que esperan a la sombra de una higuera sin edad, Zeca Afonso cantando a Grândola, también él sin saber.
Sería después, ya verano, cuando encontramos en Lisboa esa pensión ahora sin estudiantes de cuartos amplios y luminosa, cerca del Tejo, el rio que cambia allí de vocal para asemejarse al mar que busca desde tan lejos, recuerdos de otros días en Zaorejas. Con Nacha y Pedro, con P., necesidad de saber a qué sabe una revolución, cómo se respira en libertad. Y no sin nervios. Y no sin frustraciones venideras, que acabaron dando muerte a quienes aquel día prometimos en la plaza del Rossio otro destino ('... el pueblo os salvará').
Sabor de libertad, olor a nuevo, claveles, o povo é quem mais ordena, canciones, alegría, fraternidad... em cada esquina um amigo. Y el amor tan joven se hizo carne.
Grândola fetiche que se hace enorme fuente de pescado, y apetito, allí donde tanto sabían de miseria y de orgullo, alli donde se levantaron del suelo para que pudiera contarlo Saramago, el camarada todavía por conocer. Paseamos sus calles, en la cabeza -y en los labios- su estribillo, Grândola vila morena, terra da fraternidade.
Llovieron claveles sobre el estadio de la celebración, y en las fotos del mar una P. restallante de juventud y belleza. Verano del 74. Nacha y su eterna sonrisa. Por vez primera oigo llorar auténticas plañideras, y es un espectáculo y un viaje al pasado ese baile de pueblo, las chicas vestidas de domingo que esperan y una mujer mayor, de negro, al lado cada una.
Lisboa sigue siendo la ciudad blanca de aquellos días. Portugal, un sueño de abril. Como el verso de aquel poema de amor que nos dejó escrito el amigo Rodolfo: 'Pedacito de azul, lástima mía, sudor, saliva de mi boca'

1 comentario:

  1. Muchacho. Qué tiempos y qué esperanzas. Ayer vi a Saraiva de Carvalho y él también ha envejecido.

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