lunes, 30 de agosto de 2010

jardines de resaca

No sé qué complejos mecanismos utiliza la imaginación para establecer relaciones. Sí que, siempre que voy a París, me es necesario visitar el estanque donde en un agosto de 1973 ví cómo los niños jugaban con sus barcos  y transité una mañana de resaca con la amable caricia del sol y la más grata de las compañías posibles. Está -lo tengo dicho por ahí- en los Jardines de Luxemburgo. Y la foto es de cuando entonces.
Cuando G. Moustaki imaginó el Mediterráneo -¡qué gran canción, qué enorme autor, qué mar grandioso!- como un gran estanque donde juegan niños de ojos negros, siempre lo asocié a ese bassin.
Tiempos en los que, según su letra, 'liberté ne se dit plus en espagnol'.
Tiempos siempre con nosotros, tiempos revividos.

2 comentarios:

  1. María de Médicis ordenó su diseño y construcción en un arrebato de añoranza de su tierra natal. A pesar de los trabajos urbanísticos que abrieron calles y boulevards y restaron espacio a los jardines, el encanto de sus avenidas pobladas de castaños, tilos, plátanos y otras especies exóticas permanece intacto.

    Expléndido lugar para dejar pasar una resaca y ... el tiempo.

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  2. Los niños, los barcos y los gendarmes que guardan el Senado, siguen allí tantos años después.

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