viernes, 23 de abril de 2010

celebración de la palabra

En busca, siempre, de El libro de los libros. Así me encontré con José Emilio Pacheco, poeta. Premio Cervantes merecido.

A quien pueda interesar

Otros hagan aún el gran poema,
los libros unitarios, las rotundas
obras que sean espejo de armonía.
A mí sólo me importa el testimonio
del momento inasible, las palabras
que dicta en su fluir el tiempo en vuelo.
La poesía anhelada es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida.

(José Emilio Pacheco, de Irás y no volverás, 1973)

lunes, 19 de abril de 2010

(más) prodigios chilenos

Para cuando no alcanza el asombro de la hermosura, tal vez porque no era el momento de ser convocado, cabe el recurso a la expresión más acabada de la belleza. Y ahí los poetas -ellas también- de Chile renuevan el prodigio.

(...)
y te perdí, y no pude
nacer de ti otra vez, y ya no pude
sino bajar terriblemente solo
a buscar mi cabeza por el mundo.


(Gonzalo Rojas, Perdí mi juventud, 1939)

me basta así


Me basta con saber que es lunes. Y que hace tiempo que amanece todos los días, terca obstinación del azar. Tanta, que pareciera necesidad -casi obligación moral- del sol levantarse cada mañana.
Mientras, mi P. sigue atrapada en Estambul. Y mi A. creciendo en fuerza interior y en belleza.
Cuando cae el velo del cielo la miro. Y se produce el asombro de la hermosura. Y me basta así.
(Calata lo ve con sus ojos de niño grande)

sábado, 10 de abril de 2010

celebración y justicia: recordando al juez Garzón

Lo que a continuación se dice es tan sólo la referencia textual de los acuerdos del Consejo de Ministros de ayer.

APROBADA LA ENTREGA EN EXTRADICIÓN A ARGENTINA DEL EX MILITAR JULIO ALBERTO POCH

El Consejo de Ministros ha aprobado la entrega en extradición a las autoridades argentinas de Julio Alberto Poch.
El Consejo de Ministros acordó la continuación del procedimiento en vía judicial el 30 de octubre de 2009; la Audiencia Nacional dictó un auto el 15 de enero de 2010 en el que consideraba procedente la extradición siempre que se recabaran las correspondientes garantías en relación con la imposición de la cadena perpetua y, recabadas estas garantías por el Ministerio de Justicia y consideradas suficientes por la Audiencia, se procede a la entrega.

Poch, que en la actualidad cuenta con la nacionalidad holandesa y trabaja como piloto en la aerolínea holandesa Transavia, fue detenido el 22 de septiembre pasado en el aeropuerto de Manises (Valencia) por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, durante una escala entre Valencia y Amsterdam.

El día 7 de octubre se recibió por vía diplomática la solicitud de extradición cursada por la embajada de Argentina, al estar Julio Alberto Poch reclamado por la justicia argentina en relación con cuatro procesos penales en los que se investigan hechos acaecidos en dicho país americano, entre los años 1976 a 1983, en los que hubo más de mil víctimas.

Vuelos de la muerte

Las autoridades argentinas ya habían solicitado a Holanda, a finales de 2008, la extradición de Poch, tras recoger en ese país testimonios que involucraban al ex militar en “los vuelos de la muerte” y en las operaciones de la Escuela Superior de Maquinaria de la Armada, centro clandestino de detención y torturas durante la última dictadura argentina, encabezada por el general Videla. Entre esos testimonios se encuentran las declaraciones de otro piloto de la compañía Transavia, que afirma que el mismo Poch le contó cómo se arrojaba a los opositores al régimen argentino desde los aviones, además de justificar ese método de exterminio.

jueves, 1 de abril de 2010

jueves sin pasión

Me gustan los jueves cuando son completamente viernes. Pongamos, por ejemplo, que un viernes de Dolores. O si son lunes de Pasión como el que Rodolfo Serrano nos regalaba el día 22 para que así viniera más audaz y puntual la primavera, anticipo de reencuentros que nos permitieran volver a ser dioses inventando el paraíso.
No me gustan estos jueves sin pasión, que me envuelven en una suerte de melancolía que no es otra cosa que mi permanente nostalgia de futuro. Jueves que se parecen a aquellos otros del pasado lejano que imponía los días sin: sin cine, sin música, sin tele, sin radio. Las expresiones de lo que aquéllos entendían soporte y cauce de alegría. Tristes por decreto. Dios había muerto, y por eso mismo todo quedaba prohibido. Tardarían mucho en entender que, sin quererlo, anunciaban esa otra muerte de Dios en la que todo estaría permitido.
En este jueves de escasa santidad se habla del Barça (soberbio, titula EL PAÍS en su portada), y se puede ver El escritor -soberbio Polanski, malgré tout- en muchos cines. Y hasta se puede soñar con un mar en calma, azul y verde en gris como aquel mar de olivos que se convirtió en poema, y con escribir la fantasía de esos sueños en una travesía tranquila. Bastaría con que nada en ella nos fuera ajeno.
Jueves de lecturas. Busco entre mis libros los de Manuel Rico, y encuentro Una mirada oblicua en compañía de otros de Juan Iturralde, Manuel Longares y Agustín Gómez-Arcos (el autor, leí ayer, favorito de Mitterrand, olvidado entre nosotros). Buena compañía para Manuel.
Recupero unos párrafos que me gustaron hace años de Italo Calvino en Palomar (la dedicatoria, de 1985, a P. por su cumpleaños, habla de volver a ver 'la luna de la tarde'). Y me dispongo al placer de Sudeste, de Haroldo Conti, que me traje de Buenos Aires.
Y no sé si no estaré tratando de suplir así otros olvidos, esas lecturas frustradas. ¿O será el recuerdo del vacío del no saber qué hacer, el qué del tiempo por delante, de las horas así muertas, sin los libros que queríamos?
Un jueves como hoy puede ser buen día para la añoranza. Para recordar el deleite de la escritura de Antonio Skármeta escuchando en la voz de Teresa Stratas ese Youkali Tango-Habanera que sabe a gloria -precursor del sábado- en la película de Trueba. Una música nacida del genio de Kurt Weill y que el azar me llevó a encontrar hace más de diez años en September songs (the music of Kurt Weill).
Skármeta, chileno de Antofagasta y aprendiz de filósofo, soñó de chico que la nieve ardía, y así tituló su primera novela. El azar (o la necesidad, su reverso) me dió la oportunidad, el martes pasado, de ver cómo un grupo de alumnas y alumnos de nuestro Instituto de Molina de Aragón revivía, al interpretar en el Instituto Cervantes de París una escena basada en esa otra de El baile de la Victoria, las palabras y la música de Weill y la voz maravillosa de Teresa.
De eso, ya en tiempo de cerezas, escribiré otro día.
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