sábado, 23 de enero de 2010

Gigüela


Es verdad: la belleza duele. Más si restalla, deslumbrante, en la noche oscura.
Es verdad también la identidad -que no es sino redundancia- entre agua y vida. Agua, principio y razón de todo: 'de todo lo que vale', lo aprendimos del viejo Tales, porque 'donde hay agua hay vida'. Lo tenemos que gritar aún, más de dos mil quinientos años después, con la fatiga que produce, a los años, tener que seguir luchando por lo evidente.
Belleza, verdad y vida. Atrapadas en el alma de la foto de Calata (¿de qué está hecha tu mirada, Miguel, para que así nos regales?). Atrapadas en mi memoria de niño que crece mirándose en el rio, antes incluso de saber su nombre. Gigüela.
Por más que la ignorancia llegue a todas las linotipias, Gigüela.

3 comentarios:

  1. Y es que la 'modernidad' ha llegado hasta los ríos.
    Mi pueblo es Gigüela y siempre lo ha sido, por mucho que el travestismo cultural quiera que mi pueblo sea Cigüela.

    Porque ya se sabe,el agua no corrompe las linotipias sino el abuso de la injusticia

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  2. la lucha por lo evidente es la que merece la pena; ¡hay tantas evidencias que aún no están aceptadas!, de agua, de pan, de educación,...

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  3. Como siempre, Pedro Pablo, lo obvio escuece. Es posible que hacer una enciclopedia de obviedades pueda resultar llamativamente poco correcto políticamente.

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