domingo, 20 de septiembre de 2009

vendedora de nieves y aguas frescas

"¿Pudo doña Jacinta, una mujer indígena de 1,50 metros de estatura y 80 kilos de peso, secuestrar sin armas a seis policías de élite? Todo el mundo en su sano juicio respondería que no, menos un juez de Querétaro, en el centro de México, que la condenó sin escucharla a 21 años de prisión y la mantuvo entre rejas tres años y un mes. Hasta ayer. La Fiscalía General de la República, abrumada por la presión mediática, no tuvo más remedio que confesar que no tenía pruebas contra Jacinta Francisco Marcial, vendedora de nieves y aguas frescas."

Lo cuenta Pablo Ordás -gran periodista- en EL PAÍS de 17 de septiembre pasado. Y pienso en la vigencia de aquel realismo mágico que muchos dieron por muerto. O será que la realidad sigue imitando a la literatura.

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